Se pinta de naranja el centro de la CDMX

Réplica de Medios

Medio: La Jornada Guerrero

Fecha: 27 de julio de 2016

 

Por Esthela Damián
Hace unos días, el centro de la Ciudad de México se pintó de naranja durante la campaña que dirigentes y diputados de Movimiento Ciudadano realizaron para recolectar firmas a efecto de plasmar en la Constitución de la Ciudad de México figuras como el plebiscito, el referéndum, la consulta ciudadana y la ratificación de mandato.

En el corazón de la capital del país me acompañaron en esta cruzada informativa nuestro coordinador en la Asamblea Legislativa, Armando López Campa; Patricia Barragán, delegada estatal de Mujeres en Movimiento; Octavio Rivero, delegado nacional, y varios coordinadores delegacionales, entre otros.

Ahí dimos a conocer que uno de nuestros propósitos es recabar más de 100 mil firmas que llevaremos a la Asamblea Constituyente el próximo 15 de septiembre, para confirmar que se trata de temas que son del interés de la ciudadanía.

A través de la campaña Yo me sumo a la Constitución de la Ciudad de México, nos hemos dado a la tarea de buscar el apoyo de los capitalinos en las 16 delegaciones políticas para respaldar las propuestas legislativas de Movimiento Ciudadano.

En nuestros recorridos por la ciudad, la gente ha recibido muy bien nuestras propuestas en materia de participación ciudadana; hemos sido testigos del interés que tienen porque el plebiscito, el referéndum, la consulta ciudadana y la ratificación de mandato queden plasmados en la Constitución.

Dichas figuras, además de ser reconocidas constitucionalmente, queremos que cumplan dos características: la primera, que disminuya el actual porcentaje de 4% a 2% de los ciudadanos inscritos en la lista nominal de electores para su solicitud; la segunda, que los resultados de estos ejercicios ciudadanos sean vinculatorios, es decir, con carácter obligatorio para cualquier autoridad.

Asimismo, planteamos la ratificación de mandato como un instrumento mediante el cual los ciudadanos tendrán el derecho de evaluar el desempeño de algún gobernante para revocar o ratificar su gestión.

Nuestro propósito es que a través de este mecanismo se someta a escrutinio de la población la actuación de los gobernantes, para que decidan si debe o no continuar con el puesto que los mismos ciudadanos le confirieron mediante el voto.

La campaña Yo me sumo a la Constitución de la Ciudad de México, que lleva a cabo Movimiento Ciudadano, tiene especial relevancia pues pretende ser el instrumento a través del cual los ciudadanos libres puedan tener la posibilidad de incidir en la elaboración de la Carta Magna de la metrópoli.

A esta movilización se suma el interés de eliminar el fuero a alcaldes, legisladores y demás servidores públicos en la redacción de la Constitución de la Ciudad de México.

Y es que, ciertamente, el fuero se ha entendido como un privilegio conferido a los servidores públicos que se les otorga para mantener un supuesto equilibrio entre los poderes del Estado bajo la premisa de salvaguardar eventuales acusaciones sin fundamento.

Para nadie son ajenos los abusos cometidos por servidores públicos al amparo de un fuero constitucional que hasta ahora los exime de responder ante la ciudadanía por ilícitos cometidos en el desempeño de sus funciones, o incluso en actividades cotidianas que nada tienen que ver con el ejercicio de sus cargos.

Actualmente, quienes hacen gala del fuero son aquellos servidores públicos que se abrigan con él para evadir responsabilidades por actitudes poco éticas que son motivo de sanción, totalmente alejadas de las actividades propias por las que se le otorga ese beneficio, ya que lo aplican como impunidad.

El fuero se ha convertido en sinónimo de privilegio; es una inmunidad procesal que debe desaparecer; los avances democráticos, la lucha contra la impunidad y corrupción han avanzado, por lo que el trato igualitario entre personas debe ser tácito, más aún cuando se trata de un servidor público que trabaja y representa a la sociedad. ¿Quiénes más que ellos deben ser los primeros en conducirse con rectitud y bajo los ordenamientos jurídicos que crean o aplican?

Llegó la hora de poner un freno a los abusos bajo la protección de figuras legales. No podemos seguir permitiendo que existan ciudadanos de primera y de segunda; nadie debe estar por encima de la ley y todos debemos responder por nuestros actos.

De insistir en mantener vigente el fuero, de nada va a servir el flamante Sistema Nacional Anticorrupción, pues al amparo de éste seguirán los abusos y los ilícitos; es necesario someter a los políticos al mismo régimen y condiciones que viven el resto de los ciudadanos.

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