Es necesario destacar que para la mujer en nuestra sociedad debe prevalecer el desarrollo y mejoramiento de sus capacidades como integrante de la comunidad.
Resulta primordial impulsar la concientización de la colectividad; si bien la mujer mantiene la responsabilidad sobre su individualidad, debe estar consciente de que forma parte de un grupo y como tal debe de aportarse en igualdad de condiciones en todos los círculos que lo integren.
En la actualidad, la mujer ha logrado conseguir el reconocimiento de la sociedad gracias a sus conocimientos, virtudes, facultades y aptitudes, todo ello resultado de la lucha de individuos que han tomado conciencia sobre el papel de las féminas como impulsoras de ideas en todos los estratos de la sociedad.
Desde el momento en que una sociedad reconoce la igualdad de género y se torna incluyente, sostiene el impulso y el crecimiento de sus miembros, se establecen esquemas generalizados y por tanto se ve reflejado en su desarrollo económico y social. Esto es lo que comúnmente denominamos empoderamiento de la mujer.
Sin embargo, cabe destacar que aún cuando es un tema de relevancia, también se suele confundir con el concepto de competencia, pues enfrenta a la mujer con el hombre y con las de su género, situación errónea que frena el crecimiento y genera rivalidades innecesarias.
Es prudente reconocer que en nuestra sociedad hombres y mujeres respetan la capacidad, el potencial y las habilidades de las mujeres. Sin embargo no todos sus integrantes están conscientes de que la mujer es parte de la sociedad, ahí es donde hacen presencia las arbitrariedades más bajas de los usos y costumbres, mujeres y niñas, actualmente, continúan recibiendo un trato inferior y son víctimas de violencia de género.
Todos y cada uno de los que formamos parte de la sociedad debemos comprometernos con la exigencia del ejercicio justo e íntegro de los derechos humanos y atacar la desigualdad entre hombre y mujer, detractora de la evolución en nuestra sociedad, promoviendo el conocimiento.
Este es el momento de ofrecer, acrecentar y exigir foros, que propicien la igualdad de género, la participación y liderazgo de la mujer en la vida social, política y económica del país; la independencia económica de la mujer y la erradicación de la violencia de género. Nuestra sociedad seguirá evolucionando en la medida en que se torne incluyente con la mujer y reconozca que aún persiste la desigualad de género.