Una enfermedad incurable
El virus del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) fue descubierto tras analizarse los primeros casos que se dieron en la comunidad de San Francisco, California, en Estados Unidos durante los años 80.
El SIDA es una enfermedad producida por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) que pertenece a la familia de los retrovirus y daña el sistema inmunológico de los infectados.
Los primeros informes sobre la enfermedad datan de 1981, cuando el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EU informó sobre casos de neumonía y del sarcoma de Kaposi (un tipo de cáncer de piel) en los mismos sujetos, quienes resultaron ser hombres homosexuales sexualmente activos.
Debido a estos primeros reportes, la enfermedad se vinculó a la comunidad homosexual y hasta la década de 1990 se continuaban practicando supuestas terapias para curar la homosexualidad y así combatir y prevenir la enfermedad.
Sin embargo, esta comunidad no fue la única en ser estigmatizada, tras la aparición de la enfermedad el CDC descubrió casos de infección en otros tres grupos: personas que habían recibido transfusiones de sangre, consumidores de drogas que compartían jeringas e inmigrantes haitianos.
Debido a estos informes, la comunidad comenzó a discriminar a las personas que pertenecían al denominado grupo de Las cuatro haches: homosexuales, heroinómanos, hemofílicos y haitianos.
El virus se transmite a través del intercambio de fluidos como la sangre, el semen, la mucosa vaginal y la mucosa anal, otros fluidos como las lágrimas y la saliva también lo contienen, pero en menores cantidades.
Las maneras más frecuentes de contagio son las relaciones sexuales sin condón, usar jeringas u otros objetos punzocortantes infectados, la transfusión de sangre y por vía perinatal, de una madre a hijo durante el parto o al amamantarlo.
Una persona es considerada seropositiva cuando está infectada con el VIH pero no presenta síntomas de la enfermedad, tras un lapso de 5 años o más, el virus se habrá reproducido en el cuerpo del paciente, quién comenzará a desarrollar la sintomatología propia del SIDA.
El SIDA no se contagia en un abrazo, estrechando la mano de alguien, compartiendo alimentos o por estar sentado junto a algún enfermo, también se ha descartado el contagio por piquete de mosco o por nadar en la misma alberca.
El SIDA es una enfermedad incurable sin embargo, actualmente existen tratamientos antirretrovirales que evitan el deterioro inmunológico y frenan la replicación viral y mejoran la calidad de vida de los sujetos seropositivos.