Durante el primer año del Gobierno de Enrique Peña Nieto se aprobó un paquete de reformas llamadas fundamentales para el desarrollo del país. Las iniciativas del Ejecutivo fueron avaladas en el Congreso de la Unión después de pocas o nulas discusiones gracias al famoso “Pacto por México”, que garantizó poca oposición a las iniciativas presidenciales.
Sin embargo, y a pesar de los aires triunfalistas de muchos, el trabajo no está terminado y se dejaron pendientes para el siguiente año. Los primeros meses del 2014 se han convertido en una ventana de oportunidad para modificar las letras pequeñas que se escaparon en los documentos principales de algunas reformas, principalmente la energética, y se han levantado diversas voces tanto dentro como fuera del Congreso dispuestas a proteger las garantías de los ciudadanos.
Mucho se ha escrito sobre las reformas, y no obstante el enorme despliegue publicitario en su favor, lo cierto es que es innegable que el trabajo se hizo sospechosamente rápido y sin los análisis y discusiones que amerita y ahora, algunos legisladores pretenden que así se resuelvan las complicadas leyes secundarias.
El plan en el Congreso de la Unión es aprobar una serie de leyes secundarias y modificar varios artículos constitucionales antes del 30 de abril. No obstante, de los 79 puntos pendientes referentes al tema energético, político-electoral y de telecomunicaciones, pocas iniciativas han sido entregadas a los legisladores.
Es trabajo del Ejecutivo enviar las iniciativas al Congreso para su análisis, discusión y aprobación, sin embargo los proyectos no han sido entregados en su totalidad y el tiempo sigue corriendo, de momento ha pasado un mes de los tres que tiene el actual período legislativo.
Ante las formas de negociación poco claras del Pacto por México para la pronta aprobación del paquete de reformas y aún cuando formalmente éste ya no existe, la izquierda progresista del país ha llamado a la unión para garantizar que las leyes secundarias sean propiamente revisadas, estudiadas y discutidas, y no se vayan por la vía rápida como sucedió el año pasado.
Un claro ejemplo sobre la ligereza con la que decidieron estas reformas, es el tema energético. Sobre éste quedan 17 reformas pendientes, sin embargo algunos aseguran que tendrán que realizarse hasta 32 modificaciones puesto que el documento aprobado en lo general, y las nuevas leyes que se crearán, implican enmiendas a otras ya existentes y que ni siquiera se habían considerado en el proyecto original.
En el tema político-electoral se pretende expedir 7 nuevas leyes que deberán entran en vigor antes del inicio del siguiente proceso electoral, en octubre de este año. Entre estos, se debe integrar el nuevo Instituto Nacional Electoral, que sustituirá al actual Instituto Federal Electoral.
Diputados y Senadores tienen un largo camino por recorrer mientras que las expectativas siguen creciendo en el exterior, como quedó demostrado con el aumento de la calificación crediticia de México, que pasó de “Baa1” a “A3”, decisión que Moody’s atribuyó directamente a la aprobación del paquete de reformas estructurales.
Por su parte, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado aseguró que será en 2015 cuando los resultados de las reformas comenzarán a percibirse y se demostrará si las leyes secundarias cumplirán con sus objetivos y promoverán el aumento de inversiones en el país y crecimiento económico.
Por Alma L. Sánchez