En conferencia de prensa, con motivo del Día Mundial del Corazón, que se conmemorará el próximo 29 de septiembre, dijo que se prevé que para 2020 la mitad de las muertes por enfermedad en el país serán derivadas de una cardiopatía.
Explicó que en el mundo existen más de dos mil millones de personas en riesgo cardiovascular, de las cuales, mil 300 millones consumen tabaco, 600 millones padecen hipertensión arterial y 220 millones viven con diabetes.
Mientras que el tabaquismo es el factor de riesgo modificable más común, situación que se ha observado entre 65 y 90 por ciento de los pacientes que logran una mejoría significativa en su calidad de vida.
Por su parte, el jefe de la Unidad de Investigación en Epidemiología Clínica del Hospital Regional 1 del IMSS, Jorge Escobedo de la Peña, puntualizó que tan solo en 2012 se registró la muerte de 283 mil 732 mexicanos por enfermedades cardiovasculares, de las cuales 74 mil 57 fueron por cardiopatías isquémicas.
En ese sentido, dijo que las entidades donde se presentan mayor número de pacientes con dichas afecciones son los estados del norte de México, seguido por el centro del país.
Sin embargo, las zonas con mayor grado de marginación son las que registran más decesos debido a que no cuentan con el personal calificado ni la infraestructura para brindar los cuidados necesarios a pacientes que presentan síntomas.
Al respecto, señaló que menos de 10 por ciento de los infartos que se generan en todo el país son tratados en lugares adecuados y con la tecnología mínima para solucionar el problema.
De la Peña refirió que 80 por ciento de las muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares podrían evitarse con prevenciones primarias, como eliminar el consumo de tabaco y con una dieta sana.
El presidente de la Asociación Nacional de Cardiólogos de México, Salvador Ocampo Peña, puntualizó que las afecciones cardiovasculares han superado por mucho el número de muertes por algún tipo de cáncer.
Aseguró que la situación amerita una fuerte campaña mediática, así como medidas y políticas de salud pública por parte del gobierno federal para disminuir los índices de mortalidad por enfermedades del corazón.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha fijado como meta que para el año 2025 las afecciones cardiacas se vean reducidas en 25 por ciento en todo el mundo, y para ello se implementarán acciones de carácter educativo y preventivo en médicos de primer contacto, jóvenes y niños de todo el mundo.
“La mayoría de los pacientes que mueren por afecciones cardiacas desconocían su enfermedad por no realizarse chequeos periódicos de presión, glucosa y triglicéridos, además de no llevar una alimentación sana, fumar y beber en exceso”, explicó Ocampo Peña.
Los cardiólogos coincidieron en que realizar ejercicio al menos 30 minutos cinco veces a la semana, llevar una dieta balanceada y baja en grasas, dejar de fumar y reducir significativamente el consumo de alcohol, sal y azúcar, permiten una mejor calidad de vida.