Ha llegado a la población de Iguala de la Independencia en el Estado de Guerrero, México, un poco antes de las dos de la tarde del jueves; al descender del autobús el cual fue abordado en la ciudad de México, los organizadores ya se encontraban en la terminal para brindar sus atenciones.
El calor es impresionante, la sensación térmica es mayor a treinta y cinco grados Celsius. Alojan a la maestra Carmen Ojesto en un hotel sencillo el cual cuenta con todos los servicios. Una hora después, al lado de otros escritores, huéspedes también -entre ellos Juan Machín, del vecino Estado de Morelos-, ellos y la maestra Carmen, son acompañados por el joven maestro Everardo Martínez -poeta y narrador guerrerense- para departir en un restaurante local, el plato típico del día jueves en esa región: Pozole en sus distintas presentaciones.
Más tarde juntos se desplazan hasta la Bandera Nacional la cual es monumental y es un sitio obligado para visitar. Sin embrago, el Volkswagen Sedán color azul modelo de los años ochenta del siglo veinte en que se trasladan sufre una avería, y minutos después, continúan en él la marcha bajo las cálidas y enormes gotas de lluvia. Tras unos minutos de helado de Nanche y agua fría sabor Maracuyá, regresan al hotel por sus materiales de lectura para el evento.
La Maestra Carmen Ojesto lleva cuatro cuentos de su libro Los Instantes Intempestivos, comparte mesa con el poeta Daniel Rosendo Brito y Fabiola Estradiol. A las 18:30 inicia la segunda mesa -la primera fue la inauguración por la mañana- del 2º Encuentro de Escritores “Mordiendo la Razón”, 1,2 y 3 de mayo del presente.
Espléndidas lecturas de Poesía y Narrativa. Más tarde Everardo Martínez y la maestra Gabriela Zavaleta -poeta guerrerense- se integraron a la mesa para realizar una reseña a los materiales de los autores. El evento en Plaza Pública, en el Monumento a la Bandera, donde se encuentra la Pérgola, que es un espacio cultural el cual contó con más de cien asistentes para escuchar la voz de los escritores. A las 21:30 concluyó el evento bajo un aire refrescante.
Después la familia Martínez Paco -Don Everardo Martínez y Doña Cristina Paco- se acercaron de manera espontánea a los poetas y a los narradores para invitarlos a cenar a su domicilio cerca de la laguna, integrándose la artista plástica Pilar Hinojosa y Juan Machín. A las once de la noche, en la anuencia de los ladridos de los perros de la calle, entre la luminosidad del sonido de las aves y el sereno rumor de las estrellas pendidas en la nítida obscuridad, la sencilla tertulia de risa, helada agua de Jamaica, pellizcadas de queso con crema, cecina, frijoles charros, y queso asado, todo acompañado de tostadas semillas de calabaza con sal, dio inicio una convivencia familiar y tranquila. Entrada la madrugada regresan cada cual a su hogar y a su hotel.
A la mañana siguiente, Carmen Ojesto acompaña al poeta Hermes Castañeda Caudana, en la presentación de su libro de poesía. Y tras unas compras en el mercado, panecillos de caja, guamúchil y nanches, parte en el autobús de las 16:00 pm, de vuelta a la ciudad de México, para integrarse a sus labores en el Senado.