Réplica de Medios
La Jornada de Guerrero
Diciembre 10, 2015
El lunes pasado, en la Segunda Convención Estatal de Movimiento Ciudadano, fui electa coordinadora de este instituto político en el Distrito Federal. Ante nuestro coordinador nacional, Dante Delgado, así como ante diputados locales y federales del movimiento naranja, hice ver que la ciudad de México es un gran mosaico cultural, territorio habitado por muchos que migramos de nuestro lugar de origen para desarrollarnos profesionalmente.
Aquí hemos tenido la mano generosa de quien es defeño por nacimiento, debemos reconocer, que siendo la capital de los poderes federales, ha sido por muchos años espacio en el que se han desarrollado grandes hechos históricos. ¿Cómo olvidar la fundación de México Tenochtitlán en 1325? ¿La Revolución Mexicana en 1910 que buscó derrocar al gobierno de Porfirio Díaz?
Hechos más recientes nos llevan necesariamente al movimiento estudiantil de 1968 y la tragedia de Tlatelolco, y por supuesto el sismo de 1985 que sacudió a la ciudad y generó grandes reacciones de solidaridad, que dejaron en evidencia a un gobierno totalmente descompuesto por la corrupción y la falta de respuesta frente a la desgracia.
La presencia de las principales casas de estudio, la UNAM, el Politécnico, la UAM, le dan un contexto a la ciudad que genera un pensamiento crítico, avanzado para su momento. Pongo un ejemplo: en su oportunidad, cuando participé en la despenalización del aborto, la pregunta era si la sociedad en la capital mexicana estaba preparada para este cambio legal. La respuesta fue inmediata: no sólo estaba lista, sino que hoy no aceptaría un retroceso en esta materia.
En consecuencia, este pequeño ejercicio me lleva a la conclusión de que no requerimos de los grandes y nefastos currículums que tienen algunos partidos políticos. Tenemos todo para hacer que Movimiento Ciudadano sea una opción real en la boleta electoral de 2018. Ser opción en la ciudad significa ser una oposición responsable; el capitalino otorga su confianza a aquel que no ofrece falsas promesas, que le habla con la verdad y le acompaña en sus batallas. Seremos, sin duda, una alternativa novedosa que desarrolle estrategias para aportar soluciones a los problemas, la alternancia que busca el capitalino que no está satisfecho con lo mismo de siempre, pero tampoco transita con las posturas estridentes o radicales que no aportan solución a los conflictos.
Entre nuestros asuntos a desahogar está buscar a los jóvenes; que nos hablen de sus necesidades, y transitemos en la solución de sus conflictos; la Reforma Política del Distrito Federal es una necesidad apremiante; no pueden, ni deben, los jefes delegacionales seguir siendo los tlatoanis del territorio de la ciudad. Los pesos y contrapesos políticos son hoy por hoy el primer ejercicio democrático ausente en estos espacios de gobierno.
No iremos por falsas causas, iremos por aquellas que laceran y brotan en la espontaneidad de un malestar generalizado; ejemplo vigente es la mala política urbana.
Pienso que para lograr el objetivo debemos desarrollar nuestra vocación de líderes. Aquí me referiré a lo dicho por nuestro premio nacional Benito Juárez, el maestro Enrique González Pedrero, quien afirmó que la política debe poner en el centro a aquel del que casi todos se han olvidado: el ciudadano, el que se opone a las injusticias, el que levanta la voz, el que reclama en cada oportunidad que se le reconozca su primordial importancia para transformar nuestra sociedad. Escuché también del maestro Pedrero que quienes nos dedicamos al oficio político debemos ser pragmáticos, maliciosos y suspicaces. Sólo agregaría que no podemos ser ingenuos, ni poco visionarios.
En mi carrera política, es la primera vez que tengo frente a mí el reto de trabajar de manera transversal en 40 distritos locales, 27 distritos federales y 16 jefaturas delegacionales, sabiendo que tenemos órganos de dirección, que son fundamentales en su opinión para desarrollar aquellas propuestas que les presente. No olvido que la política es el esfuerzo permanente que obliga a sumar, tengamos la mente abierta para saber que incluso los que aquí estamos somos pocos comparados con todos aquellos que queremos que se incorporen.
Esthela Damián Peralta, Coordinadora Estatal de Movimiento Ciudadano en el Distrito Federal