Las reformas laboral, educativa, financiera, de telecomunicaciones, fiscal, energética, de competencia económica y política, fueron gestadas en el seno del llamado “Pacto por México”. Es decir, con el conocimiento, la participación y la aprobación apresurada de las cúpulas del PRI, el PAN y el PRD.
Esta realidad encierra el afán reformista del gobierno federal.
El conjunto de iniciativas y reformas constitucionales suma centenares de hojas. Este caudal va a crecer aún más con el paquete de las leyes secundarias que normarán dichas reformas. Nadie en este país puede creer y aceptar que el Congreso, en tan poco tiempo, estudie, analice y en su caso apruebe responsablemente, esta avalancha legislativa.
¿Por qué la prisa reformista?
Recordemos que para reformar la Constitución de la República, se requiere que el Congreso de la Unión apruebe las reformas o adiciones por el voto de las dos terceras partes de los legisladores presentes en la sesión de que se trate, y que éstas sean ratificadas por la mayoría de las legislaturas de los estados (artículo135 constitucional).
Hasta hoy el PAN y el PRD se dan cuenta de que apoyar incondicionalmente esas reformas en el “Pacto por México”, significó extender un cheque en blanco a los afanes reformistas del gobierno. Obsequiaron al PRI y sus aliados incondicionales las dos terceras partes de la votación necesaria para modificar la Constitución.
El PAN y el PRD, firmantes del “Pacto por México”, rasgan hoy sus vestiduras y se llaman “engañados” porque “descubren”, hasta ahora, que esas reformas son regresivas, solamente benefician a los intereses de monopolios y poderes fácticos, le dan facultades discrecionales al Ejecutivo Federal, no aportan ningún beneficio a la ciudadanía y son violatorias de la Constitución reformada.
Hasta ahora se enteran el PAN y el PRD que al otorgar su beneplácito a las iniciativas reformistas, debieron hacerlo con sentido de responsabilidad; exigir, como se hace en cualquier Estado democrático, que las reformas constitucionales y sus necesarias leyes secundarias se presentaran en paquete, para valorar integralmente sus consecuencias.
En el colmo de la ingenuidad, de la perversidad o en el descaro de la complicidad, PAN y PRD se llaman hoy engañados por el Ejecutivo Federal.
¿Sabrán hoy, no mañana, que sus protestas y sus arrebatos son inocuos e inútiles, en términos de la mayoría simple que conforman el PRI y sus aliados para sacar adelante la legislación secundaria?
¿Por qué? Porque el camino del voto de las dos terceras partes del Congreso para toda reforma constitucional, ya fue allanado. Ya se consiguió. Ahora, por la ruta de la mayoría simple, el PRI y sus aliados podrán aprobar todas las leyes secundarias de todas las reformas constitucionales.
¿Realmente no advirtieron el PAN y el PRD la trampa oculta en el “Pacto por México”?
Como dice la sabiduría popular: ¿los chamaquearon o se dejaron chamaquear?
MOVIMIENTO CIUDADANO
COMISIÓN OPERATIVA NACIONAL