La lucha de los taxistas por permanecer en la era digital.
Los servicios de transporte privado a través de aplicaciones como Uber, Cabify,Yaxi o Easytaxi, tienen menos de un año funcionando en el país y ya han sido sometidos a juicio público y están por transformar completamente los temas de movilidad y transporte público en la Ciudad de México.La batalla que se ha librado entre los taxistas y empresarios en calles de la capital, ha obligado al gobierno local a reconsiderar su Ley de Movilidad, tan joven que fue promulgada apenas en julio del 2014, para encontrar puntos de acuerdo que permitan la operación de ambas partes en beneficio de los usuarios.
Sobre el tema, todas las voces se han sumado a la discusión. Considerando el amplio interés de los ciudadanos y la importancia que tiene la innovación tecnológica en la vida diaria de los capitalinos, las autoridades decidieron que la discusión fuera pública y abierta, por lo que se utilizó el Laboratorio para la Ciudad para organizar el Debate Digital CDMX.
La dinámica comenzó con un debate en las instalaciones del Laboratorio,transmitido en vivo por Internet, y tres mesas de trabajo a las que asistieron 52 participantes entre representantes de organizaciones de taxistas, empresas de transporte privado, académicos y sociedad civil. Las mesas de trabajo se dividieron en tres ejes:
Competencia justa e innovación. Para generar propuestas que permitan la innovación en la oferta de servicios de transporte bajo un esquema de competencia justa.
Tecnología Inclusiva. Impulsar el uso de los avances tecnológicos entre los taxistas para mejorar la calidad del servicio y generar mayor competitividad.
Retribución Cívica. Integrar los diversos medios de transporte para reducir el uso del auto particular y crear un fideicomiso encargado de promover otros modos de transporte.
A pesar de que entre las recomendaciones emitidas por los participantes se incluye la revisión de los requisitos que los taxistas deben cumplir para poder operar, que se consideraron excesivos y que dejan espacio para la corrupción, y se habló de modificar las tarifas, incluso liberarlas, los representantes del gremio rechazaron la posibilidad de crear una nueva regulación específica para Uber o Cabify, puesto que consideran que hasta ese momento seguirían operando de manera ilegal y sin sanción alguna.
¿De dónde salió Uber?
La historia de Uber comienza de manera simple, en 2009 un par de emprendedores de San Francisco, California, Travis Kala nick y Garrett Camp, iniciaron un servicio de transporte privado que funciona con una aplicación que conecta a los usuarios con los choferes de manera directa. El servicio se convirtió en un éxito y se extendió poco a poco a más ciudades de Estados Unidos y, eventualmente, por todo el mundo. Para octubre de 2014, los habitantes de la Ciudad de México ya podían descargar estas aplicaciones en sus teléfonos y comenzar a ordenar los servicios.
Como suele suceder con las nuevas tecnologías en cualquier ámbito, Uber creció de la nada y cuando nos dimos cuenta estaba en todos lados, muy a pesar del gremio de taxistas, quienes han resultado los principal es afectados por esta compañía y sus similares, como Cabify.
Así como meses antes los taxistas levantaron sus voces en contra de las unidades “piratas”, aquellas que no cumplen con la tramitología impuesta por la Secretaría de Movilidad capitalina (Semovi) –sin mencionar que actualmente sólo se pueden obtener las placas de transporte público en el mercado negro–, ahora lo hacen para eliminar la competencia desleal que representan estas nuevas empresas.
El gremio asegura que servicios como Uber y Cabify son ilegales de acuerdo al artículo 258 de la Ley de Movilidad que establece como delito la transportación de pasajeros o de carga sin contar con la concesión correspondiente emitida por la Semovi. Por lo tanto, exigen que las autoridades capitalinas saquen estos servicios de las calles.
Instancias como el Instituto Mexicano o la Comisión Federal de Competencia Económica se han manifestado a favor de esta nueva modalidad de transporte, e incluso consideran que su aparición generó una nueva base de consumidores, “segmentos de la población que cuentan con acceso a medios de pago electrónicos y dispositivos de comunicación inteligentes”, y solamente una pequeña parte de los usuarios de taxis ha migrado.
Al final es el gobierno de la Ciudad de México quien tiene la última palabra y bien haría en escuchar a todos los involucrados y revisar las regulaciones y trámites en
materia de transporte público y desenredarlos para bien de los transportistas y usuarios, mal que, por cierto, no es exclusivo de la burocracia mexicana, la misma queja de falta de regulación para Uber y costos excesivos para los taxistas se ha escuchado en todo el mundo y en San Francisco ya se eliminaron los costos de la renovación de placas anual.
La decisión se tendrá que tomar lo más pronto posible y deberá ser una que beneficie, principalmente, a los usuarios y que se adecué al ambicioso programa de Movilidad en la Ciudad de México que se completaría para el 2018, sin olvidarse de los taxistas, las empresas, ni dejar de lado el combate a la corrupción y al transporte público pirata, que efectivamente representa un riesgo de seguridad para todos.
Traxi
Los trabajos del Laboratorio para la Ciudad se enfocan en la “innovación cívica y creatividad urbana”, a través de varios eventos se han lanzado proyectos piloto pensados en beneficio de los capitalinos, así, a mediados del 2014 se presentó Traxi. Esta aplicación permite a los usuarios conocer el nivel de
confiabilidad de los taxis, libres o de sitio, con sólo ingresar el número de placa.
Los datos disponibles son: revista vehicular, infracción de tránsito, tenencia vehicular, año y modelo del taxi, y verificación.
Traxi también ofrece una serie de tips para abordar un transporte seguro, un mapa para dar seguimiento al recorrido, contactos de emergencia y botón de pánico.
Además, después de finalizar el servicio, se puede emitir una calificación, de 0 a 5, y escribir algún comentario, estos dos datos quedan registra dos y a disposición de
otros usuarios.