La juventud mexicana enfrenta un horizonte de incertidumbre, un círculo vicioso de falta de oportunidades para acceder a la educación, de condiciones laborales y salarios cada vez más precarios. Esta generación de jóvenes enfrenta un panorama más adverso que generaciones anteriores en materia de acceso a la educación, a los servicios y al trabajo digno.
Esta perspectiva debe preocuparnos, porque el país no puede colocar a la juventud entre paréntesis mientras se desahogan otras agendas; soslayar la agenda de los jóvenes significa renunciar a construir el futuro del país.
Pero esta agenda no sólo debe contribuir a que los jóvenes enfrenten el futuro con mejores herramientas, sino que además debe permitirles tomar en sus manos la construcción de su presente y su porvenir.
Esta agenda no es nueva, responde a viejas demandas que han quedado pendientes durante años. Esta semana, el Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano presentará un paquete de iniciativas que parten de una visión integral sobre la juventud mexicana. Por un lado, proponemos reformar el artículo 3º constitucional, para que sea una obligación del Estado garantizar la educación superior para todos los jóvenes. Para ello, proponemos elevar a rango constitucional la obligación de destinar al menos el 9% del PIB nacional a la educación, asignando al menos el 2% de éste a la educación superior y el 1% a ciencia y tecnología, esto último en concordancia con lo ya establecido en la Ley General de Educación.
Esta reforma resulta urgente en un país donde son rechazados el 91.4% de los jóvenes que intentan ingresar a la UNAM y el 63.2% de quienes intentan ingresar a la Universidad de Guadalajara. A propósito de esto, durante la discusión del Presupuesto Federal 2018, propusimos asignar recursos para dos nuevos centros universitarios de la UdeG, pero esto no fue una prioridad para la mayoría del PRI.
Por otro lado, para atender el problema de los bajos salarios que reciben los jóvenes, planteamos dos reformas. En primer lugar, establecer la obligación de los empleadores de otorgar una compensación salarial mayor a los trabajadores que incrementen su nivel educativo y formación, así como crear un Fondo Nacional de Adiestramiento, orientado a ofrecer programas de capacitación y especialización a los jóvenes.
En segundo lugar, proponemos crear dentro del sistema educativo la figura de Centros de Educación Tecnológica Alternativa, donde los jóvenes puedan adquirir y extender sus conocimientos sobre tecnologías de la información e innovación. Y de manera paralela, planteamos integrar la impartición de oficios y estudios técnicos calificados dentro de los planes de estudio de la educación media superior.
Ante el pretexto de ofrecer salarios precarios a los jóvenes por su “falta de experiencia”, nuestra propuesta es darles herramientas para su especialización y formación, y construir un ambiente que les permita crecer y desarrollar sus capacidades. La apuesta para que los jóvenes mexicanos tengan un mejor futuro debe ser la de poner en sus propias manos la construcción de ese futuro
Replica de medios.
Medio: Excélsior
Fecha: 21/11/17