Réplica en Medios
15 Mayo, 2015
El Andén
Por Saúl Rivera
Quiere ser Diputada Local y legislar a favor de la legítima defensa de las mujeres víctimas de una agresión sexual
Es martes, día de descanso para los comerciantes de Tepito. En medio de la lluvia y el laberinto formado por las estructuras de los puestos vacíos caminan Yakiri Rubio y su familia. Se detienen y entran a una de las tantas vecindades de la calle Tenochtitlán, José Luis, papá de Yaki, llama a la puerta de uno de los departamentos.
«Buenas tardes señora, ella es mi hija -dice mientras extiende un volante con la fotografía de su hija y el emblema de Movimiento Ciudadano- somos sus vecinos, vivimos en la calle Libertad, la intención es que ahora sí le toque a una persona del barrio tener un puesto de representación, si gana ella, ganamos todas y todos.»
En diciembre de 2013 Yakiri fue secuestrada y atacada sexualmente por dos sujetos en un hotel de la colonia Doctores. La joven que entonces tenía 20 años se defendió y uno de sus agresores perdió la vida. Defenderse le costó la libertad, pero su historia exhibió la arbitrariedad y el abuso de las instituciones de procuración e impartición de justicia en contra de las víctimas del delito, especialmente cuando se trata de mujeres.
La presión ejercida por activistas feministas y defensores de los derechos humanos que se acercaron a los familiares de Rubio Aupart, llevó al Tribunal Superior de Justicia del DF a reclasificar el delito de homicidio calificado a exceso de legítima defensa, permitiéndole continuar con su proceso en libertad, no sin antes haber pagado una fianza de 423 mil pesos.
Ahora, casi año y medio después, Yakiri Rubio es candidata de Movimiento Ciudadano a diputada local por el Distrito 9, que comprende 13 colonias de la delegación Cuauhtémoc, entre ellas la Morelos, de donde es originaria.
Sus dos hermanos y hermana menor, su padre y Marina, su madre, son los brigadistas que la acompañan a presentarse con los vecinos, casa por casa, sin nada más que ofrecer que su palabra y algunos volantes, el único material facilitado por Movimiento Ciudadano, además de calcomanías y banderas anaranjadas que alegremente reciben los niños.
«Es una experiencia nueva, como familia nunca habíamos tenido la oportunidad de conocer a nuestros vecinos y sus carencias», me cuenta Yakiri mientras bajamos las ruinosas escaleras de una vecindad, a la que, afirman sus habitantes, nunca antes había visitado otro candidato.
Ella es consciente que el partido que postuló su candidatura la utiliza para obtener el mínimo de votos que garantice su registro, sabe que su historia es atractiva para los medios de comunicación, pero eso no le molesta, sabe que si llega a Donceles tendrá la oportunidad de impulsar la agenda que le interesa.
«Quiero presentar una iniciativa a favor de la legítima defensa para las mujeres que sufren una agresión sexual. No es posible que no se reconozca ese derecho, se les hace increíble que una mujer pueda hacer algo así… si te defiendes es exceso, si no lo haces terminas muerta.»
Yakiri Rubio se define como feminista. Su caso, dice, la llevó a comprometerse políticamente, aunque algunas activistas que antes la apoyaron ahora cuestionan su decisión de participar en la contienda electoral.
«Piensan que me va a ganar la ambición, que de nada sirvió enfrentarme contra un aparato machista e injusto si ahora de alguna forma voy a trabajar con ellos», dice Yakiri, preocupada más por lo que pueda suceder en los próximos días en los tribunales, pues si las autoridades judiciales resuelven que persiste el delito de exceso de legítima defensa, tendría que recurrir a una apelación y sus derechos políticos estarían en riesgo de ser suspendidos.
«Sabemos que las leyes sólo benefician a los ricos y a los políticos», comenta sin perder la esperanza de participar en las elecciones y representar a los vecinos del barrio bravo.